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miércoles, 13 de julio de 2011

Os Famosos E Os Duendes Da Morte


Nunca escribí sobre esta película porque me dejó paralizada.
La vi en el Bafici 2010.
Me acuerdo que llegué tarde a la función y tuve que sentarme en las escaleras. La primer imagen que vi, me hipnotizó. Todavía ni siquiera me había sacado la campera.
Vino un acomodador y me pidió que no obstruyera los escalones, así que tuve que ir a sentarme a una de las butacas de abajo, muy muy cerquita de la pantalla, y al costado.
Terrible ubicación, pero en el Bafici es así, si no vas media hora antes del horario de la función...

Pude ver desde afuera mi propia mirada de concentración desde que me senté.
Escuché cada sonido, cada diálogo, y observé cada gesto, cada imagen, atentamente.
La ópera prima de Esmir Filho me sumergió en un universo bellísimo del que no quería salir.
Un viaje placentero a una etapa trágica. La altura desde un puente al río que da vértigo. -Qué pasaría si salto? / Una voz que da calma / El primer amor que me retuerce / Un sueño que le da sentido a mi adolescencia / No quiero vivir siempre en este pueblo, no quiero / Mis amigos y mis juegos lo son todo / La muerte, la muerte ronda nuestra casa, todo el tiempo / Todo el tiempo / Me aprieta el pecho el peso de esos acordes / La canción que cantamos juntos esa mañana / La pandereta / La Armónica / play a song for me, I'm not sleepy and there is no place I'm going to / Me pesan los minutos por delante / Esta vida que se escapa con cada palabra que comparto / Tan azul / Celuloide azul.


No puedo explicarlo.
La película terminó y empecé a llorar.
No quería levantarme de la butaca, pero lo hice.
Cuando me dí vuelta vi que todavía nadie salía de la sala.
La pregunté a la persona que tenía al lado por qué nadie se levantaba, y me dijo que estaba presente el director. Que habría unos minutos para que contara algunas anécdotas de la realización del largo.
Esmir Filho entró a la sala, se paró delante de nosotros y comenzó a contestar algunas preguntas.
Yo todavía tenía la sensación que me había dejado el final de la película en el medio de la garganta. El corazón acelerado por la incertidumbre de no entender cómo, una ficción había implantado en mí algo tan real. Lo escuché a Esmir hablar de la película y en sus gestos, y en su voz, y en su esfuerzo por hablar en castellano, había un amor implícito a su obra. Pude entender como minuciosamente había cuidado cada detalle, para que su primer largometraje fuera tan transparente y sincero, como es.
La película es algo triste, Esmir Filho no. Sonríe. Todo el tiempo. Pero la película es él. Es su amor al cine. Es su vida pasada y sus vidas pasadas. Es su infancia y sus miedos. Es reconocer quien fue, antes de haber crecido. Es él, que no creció nunca.
Su película es belleza y poesía. Tristeza atesorada como escencia indispensable de vida.

Días después de ver la película, contacté a Esmir Filho y le agradecí por un cine tan inspirador.
Nunca pude contarlo en mi blog. No encontraba palabras que estuvieran a la altura de la película.
Todavía no las encuentro en realidad. Pero aprovecho esta ocación para invitarlos a que vayan a verla al Club Cultural Matienzo, este 27 de Julio.
Antes que escribir una buena nota en mi blog, mi prioridad es que nadie se pierda una gran película.


 
 


Take me on a trip upon your magic swirlin' ship
*estar cerca no es algo físico 


1 comentarios:

Ancianamente dijo...

Me encantaron tus criticas de películas. Ahora estoy bajando varias de internet!
¿De que manera puedo seguir tu blog? Estaba buscando el link "Seguir", pero no lo encontré :O

Un gran saludo para ti