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miércoles, 2 de diciembre de 2009

A Song Of Good



A Song of Good, es una película escrita y dirigida por Gregory King y protagonizada por Gareth Reeves (Gary).


Un drama neozelandés, que cuenta la historia de un joven drogadicto, que atrapado en la desesperación que le provoca su adicción y la situación de falta de dinero para su siguiente dosis, decide entrar en la casa de su vecina para robar y así conseguir rápidamente algo de dinero. Lo que pasa dentro de la casa (que no voy a contarlo porque es bastante fuerte, y merece la incertidumbre del espectador) llena de culpa a Gary, y funciona como un click para elegir cambiar de rumbo su vida. La película nos arrastra por el camino que transita Gary para enderezar su vida, demostrándonos lo difícil que esto puede ser.

A lo largo de ese arrastre (lo catalogué de arrastre porque no es un recorrido grato, es una película que nos lleva por esos acontecimientos como a la fuerza, agotándonos las energías) padecemos junto con el personaje, el peso desmesurado de la culpa, y la impotencia ante la dificultad de cambiar. Y al mismo tiempo por momentos lo compadecemos, y por otro le perdemos el cariño, lo condenamos, lo juzgamos y lo apoyamos. Uno después de otro, sin un orden lógico. Un ida y vuelta de sensaciones hacia este personaje, y una mezcla de reacciones frente a cada cosa que pasa en sus 84 minutos de duración.

Esta película se proyectó en el Bafici, en Buenos Aires, y no creo que salga en el cine comercial... Es difícil conseguirla en DVD, pero se puede... y vale la pena si hay ganas de un drama, y tiempo para dormir después y descargar la mala onda que te deja cuando termina.

Debo destacar que la actuación de Gareth Reeves es perturbante (ganó premios a mejor actor en 2 festivales en Nueva Zelanda), y la musicalización de Dylan Wood es perfecta. Especialmente en una escena, en la que Gary esta en un bar y comienza a sonar una conocida canción que pasaron durante todo el 2005 en los boliches de Buenos Aires. El clima que se genera, bailable y relajado, es un contraste con el estado general de la película, y nos alivia por unos 3 minutos. Al mismo tiempo en que nos demuestra el alivio fugaz del protagonista. La fotografía de Virginia Loane también ganó premios en Nueva Zelanda.

Lo más: la actuación de Gareth Reeves

La escena: Gary en el Bar

Lo menos: El mensaje


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