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miércoles, 22 de junio de 2011

Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives


¿Cómo descartar la subjetividad cuando un largometraje no es mero entretenimiento sino que se convierte con las horas, en una experiencia personal y profunda, que recorre todo nuestro aprendizaje?
"El Hombre Que Podía Recordar sus Vidas Pasadas" (como se llamó en nuestro país) es el desencadenante de una reacción. El punto de inicio de un viaje abstracto e indescriptible, probablemente distinto en cada caso, limitado o liberado por los conocimientos, censuras y niveles de apertura de cada persona que lo experimente.

La última película del aclamado realizador Apichatpong Weerasethakul, es un pasaje al inconciente colectivo tailandés, alimentado durante miles de años por la cultura popular y religiosa de la región.
Cargada de elementos budistas, fantásticos, políticos, morales y cinematográficos, este largometraje logra transmitir una calma absoluta, basada en su ritmo típico de cine oriental, pero rica en contenido, como si su realizador hubiera podido introducirse en la percepción misma del tiempo, e incluido elementos subliminales logrando que ocurra tanto, dando la sensación de tan poco.
La inmensidad de la naturaleza invade el cuadro. El paisaje tailandés es para nosotros desconocido y misterioso, mientras que Apichatpong lo muestra tan suyo, casi como si intentara hacer un cine cotidiano. Ama filmar su país. Eso está claro. La naturaleza se cuela incluso dentro de los interiores, con el sonido constante de insectos, viento y aunque suene extraño, silencio. El sonido del silencio que se puede apreciar en los bosques invadidos por arroyos y animales escurridizos.

Boonmee pasa sus últimos días de vida junto a sus seres queridos, reflexionando sobre su enfermedad, y recordando sus vidas pasadas.
La película surge del proyecto Primitive, que consta de múltiples instalaciones artísticas relacionadas con la región Isan del noreste de Tailandia, especialmente el pueblo Nubua. El proyecto contiene una serie de videos, y 2 cortos que relatan la brutal historia política de la región, y aunque "Uncle Boonmee..." esté muy relacionada con este proyecto, su realizador dijo "no estoy haciendo una película política, es más bien un diario personal".

La idea central de la película, está basada en las memorias de Boonmee, un monje que en algún momento de su vida, relató los recuerdos que tenía de sus vidas pasadas. Aunque Apichatpong tomó la libertad de modificar el relato a partir de esa premisa, incluso dejando en segundo plano a Boonmee, rompiendo con las estructuras de la narración, sin mantener protagonismos, ni continuidad lineal a lo largo del metraje. Incluso utilizó elementos clásicos del cine y la televisión tailandesa como la dirección de actores llevándolos a la sobreactuación, los diálogos algo absurdos e infantiles, y los efectos especiales de baja calidad debido a la falta de presupuesto que solían sufrir las producciones audiovisuales locales. "Los monstruos siempre estaban en la oscuridad para disimular sus disfraces de bajo presupuesto. Sus ojos eran luces rojas de manera a que el publico los identificara." Apichatpong le rinde homenaje a sus paisajes, su cultura, su historia y su cine, de manera creativa y única.

"Uncle Boonmee..." apela a la imaginación del público para dar cierre total a la historia, o si se quiere a la experiencia. Porque yo misma escribiendo sobre la película me encuentro en una encrucijada, atada a algunos conceptos cinematográficos que sé claramente que no son respetados en este caso, asi que tampoco debería respetarlos yo al escribir.
El cine oriental desafía al espectador occidental sobre todo en una característica: su carencia de delimitación entre conceptos. Es importante que se comprenda, que para la filosofía oriental, no hay distinción clara entre el bien y el mal, el acá y el más allá, la vida y la muerte. La característica cíclica y relativista de las cosas, tan difícil de entender para nosotros, impregna toda su percepción. Esto convierte a "Uncle Boonmee" en una experiencia difícil y extraña, que requiere el despojo de los conceptos culturales al que nos atamos cuando intentamos razonar o resolver un conflicto.
Es posible que no haya siquiera una manera concreta de entender esta película, y buscarla desesperadamente puede ser un error.
Lo gratificante es el estado que uno alcanza cuando se deja llevar. Es una experiencia hipnótica y cargada de belleza. Es estimulante y enriquecedora.

La película se presentó en Cannes esta año, y el jurado, presidido por Tim Burton, le entregó la palma de oro. Creo que su característica de presentar una experiencia única para el espectador, es la cualidad que le valió dicho reconocimiento.
Además de esto, es innegable que la realización de "Uncle Boonmee" rompe con las estructuras cinematográficas, incluso más de lo que lo hace el cine de autor. Cannes está acostumbrado al cine de vanguardia, el que cuestiona, el que modifica las normas, el que presenta formas novedosas, pero tampoco estaba preparado para lo nuevo de Apichatpong.
Su reacción fue la de celebrar semejante acontecimiento, abriendo sus mentes a este viaje surrealista y mágico (iba a poner otra palabra, pero me convenciste de usar esa) en medio de la jungla tailandesa.

Hay muchos conocimientos que nos pueden acercar a algo parecido a "entender la película", pero para poder experimentarla, es imprescindible ser libre.

"Cuando viajas y sucede algo durante el camino, no siempre tienes tiempo para detenerte y preguntar a la gente qué ha pasado. Así que muchas veces la apreciación de la realidad es pasajera. Ni tan siquiera dentro de tu misma cultura entiendes a todas las personas. Resulta inútil pretender que sabes la causa de todas las cosas y eso es algo que quería preservar en el filme. Para mí el misterio es como un motor para la vida, la hace avanzar y la embellece"
[Pony-Puntaje> 8]

 

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